domingo, 24 de septiembre de 2017

Crónica de un sismo a la distancia.

Cómo algunos de ustedes saben llevo dos años y medio viviendo fuera del país, en estos dos años siempre he seguido las noticias de lo que pasa en México y de cómo ha incrementado la delincuencia en la zona donde vivo.

Pero el 19 de septiembre las noticias en un grupo de WhatsApp fueron diferentes, leí a varios amigos preguntarse si estaban bien, que algunos decían que se habían caído edificios en la ciudad, mi primer reacción fue escribir en el Family chat para ver como estaba mi familia, mis hermanos contestaron rápido y dijeron que estaban bien pero que mis papas, que andaban fuera de la casa, aún no contestaban, fueron 5 minutos terribles en espera de que se contactaran, gracias a Dios no fue larga y dijeron que estaban bien, mi alma descanso pero comenzaron a circular los vídeos.

Esos vídeos que mostraban mi ciudad con derrumbes, escuchaba de zonas de la CDMX que conozco bien y no lo podía creer, fui a mi compu a conectarme y a través de facebook live para seguir las noticias, las imágenes eran terribles lo que se decía era inaudito para alguien que nació después del 85, las preguntas comenzaron a surgir ¿qué pasa en mi amado México? ¿Porque tantos desastres seguidos? ¿Porque el mismo día?

Trate de regresar a trabajar en lo que estaba haciendo pero no podía concentrarme, no podía dejar de pensar que mucha gente en mi ciudad estaba bajo escombros, no sabía qué hacer, pues no podía ayudar y no quería solo seguir noticias, tomé un tiempo para orar, quise llorar, quise ver que podía aportar y comencé a publicar lo que otros decían, era mi forma de aportar para informar a mis amigos.

Viendo que era difícil poder concentrarme decidí ir a casa y seguir intentando trabajar allá pero no pude y estando en la intimidad del hogar pude hablar a mi familia, escuchar su voz me hizo romper en llanto, salieron las lágrimas y el deseo que todos sintieron después del temblor, correr a abrazar a los suyos, pero los km de distancia no lo permitían, solo podía abrazar el sonido de su voz y sujetar el celular sabiendo que son sobrevivientes a la tragedia.

Seguí preguntando por amigos y todos contestaban, menos mi amigo de la infancia, que trabaja y vive en la zona del Centro de la ciudad, eso género preocupación, sin embargo en la noche me escribió que estaba bien solo con fractura del codo, seguí las noticias en lo que tenía a la mano televisa y tvazteca, igual que todos escuché la historia de Frida me enganche a la distancia y sentí empatía por ella y la familia,me dolió ver el engaño días después.

La gente en este país me escribió, me animo, me decían estamos con vos y tu pueblo, me lleno de lágrimas sentirme amado, el miércoles fui a la iglesia tomaron tiempo para orar por mi y por México, rompí en llanto, me sentí amado, comprendí que acá también tengo una familia.

Han sido días difíciles, regrese al día siguiente a mis labores con normalidad, pero con mucha nostalgia y preocupación.  Ayer escuché del sismo al despertar y lo primero fue ver qué mi familia había escrito estamos bien, espantados pero bien, estoy ahí con ustedes a la distancia de mi tierra amada, yo también soy Mexico, yo también me  duelo con mi México que tanto amo, estoy acá a la distancia llorando con los que lloran y celebrando cada vida rescatada.

Estoy con México en todas esas muestras de solidaridad que se han mostrado, y estoy como todo el mundo, literal todo el mundo, inspirado por ver al pueblo salir de los escombros, estoy indignado por nuestros políticos y medios de comunicación, pero estoy asombrado de mi gente, de mi UNAM, de mi iglesia, de todos los de a pie que incansablemente han estado apoyando gracias a cada uno de ustedes, gracias por hacernos ver a los de afuera que se la están rifando allá y que acá en el extranjero tenemos la responsabilidad de ser solidarios con todos estos pueblos que también padecen dolor y necesidad en nuestra América latina.

1 comentario:

  1. desde lejos duele más Josué, pero hay propósitos en todo, lo sabemos y eso nos anima.

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