jueves, 2 de febrero de 2012

Mi viaje a Southasia.Un encuentro con la diversidad.


Recordando aquella maleta de la Asamblea que regresaba a casa para ser lavada, hoy nuevamente estoy de regreso a un país que por algunos meses ha sido mi casa, regreso a Corea a este precioso lugar que Dios ha decidido escoger como centro de preparación para mi vida, un lugar especial y mi segunda patria, pues México siempre será mi patria y mi nación.


Malasia. 

Bien el tiempo en Malasia, Singapore eIndonesia, ha sido fantástico, para mi es  asombroso pensar como Dios me preparó para este viaje con la lectura del libro “The urban face of mision” (La Visión Urbana de la Mision)  pues en realidad al llegar a la capital de Malasia el primer día pude ver y sentir toda la diversidad cultural y religiosa que existe en este país, para mí fue asombroso ver  convivir a Musulmanes, Hindúes, Chinos y algunos Cristianos en una misma ciudad. Al ver toda esta diversidad y al recordar el taller que dieron mis amigos de Malasia en la Asamblea Mundial acerca de la situación en su país pude ver claramente lo que otros hermanos y amigos de la IFES viven en sus países, ahora sé que la situación no es sencilla para ellos, pues aunque todos conviven de una manera pacífica en la ciudad es un reto constante no poder hablar libremente de Jesús con tus compañeros musulmanes, pues está prohibido, mi oración es que nuestro Dios siga dándoles la habilidad y fuerza para compartir el evangelio.

Uno de los recuerdos que vienen a mi es que cuando llegue a Malasia lo primero que vi fue el templo Hindú, pues mi hostal estaba solo a unos pasos de ahí, poder acercarme e incluso entrar al tiemplo para mí era algo nuevo, no sabía lo que debía hacer, solo quede parado observando la devoción de las personas hacia ídolos que no ven, no oyen y no escuchan, pero el ver que  su fe y devoción es inmensa me puso a pensar y mucho. Durante esa mañana tuve la oportunidad de desayunar con una Señora hindú, durante ese tiempo comenzamos a platicar de las tradiciones en el hinduismo y de cómo ella habiendo nacido en Malasia conservaba la tradición que su familia practicaba, me invito a ir a otro de los lugares sagrados en Malasia para el hinduismo y de muchas otras cosas, fue una plática interesante en donde pude sentir y ver de una manera clara la devoción de aquellos que practican la religión hinduista.

Ese primer día fue un día intenso para mi pues, al ir turisteando en la ciudad encontré calles en donde había un templo Hindú y justo enfrente o a unos metros un templo Chino, aquí recordé uno de los capítulos del libro que mencione al principio en donde hablaba de la misión en la ciudades muchas veces es compleja pues en ellas encontramos una sin fin de ideologías, culturas, costumbres, etnias y con las cuales es necesario trabajar de diferente manera, pues aunque las personas viven en la misma ciudad, su manera de actuar y pensar es muy distinta.

En los días siguientes en Malasia tuce la oportunidad de entrar a una Mezquita, y eso también  me hizo pensar mucho, pues en Malasia los musulmanes son los que tienen el poder político y por ello se les da mayores privilegios a las personas de esta religión, sin embargo hay libertad de credo, con ciertas restricciones para cada una de ellas, estando ahi vi que los musulmanes también hacen servicio comunitario, que como la Iglesia cristiana ellos también van a donde están los necesitados, llevan comida, ayudan a otros entonces mi pregunta fue ¿en donde debe radicar la diferencia de nuestra misión?¿En ayudar solamente? No, la diferencia de nuestra misión está en Jesús en su obra en la vida de las personas y en como El se relaciona con cada persona, no es lo que hagamos como cristianos para alcanzar a otros, es la obra de Dios en cada corazón la que los llama a arrepentimiento.